Ha concluido la gestión de la Ministra de Educación Patricia
Salas y el nuevo ministro Jaime Saavedra tiene la difícil tarea de mejorar las
reformas emprendidas por su antecesora. La principal de ellas es continuar
implementando la Ley de Reforma Magisterial (LRM), sin renunciar a mejorar su
desarrollo normativo y a promover una modificación de la propia ley, y sin
perjuicio de que se siga mejorando la otra etapa que forma parte del sistema
educativo peruano (Educación Superior).
Si el nuevo ministro sólo concentra sus esfuerzos en continuar
implementando la LRM, se corre el riesgo de que esta ley sea derogada por el
próximo gobierno. Si hace ambas cosas, es decir implementar sin dejar de
promover modificaciones consensuadas a la ley y mejorar las normas que de ella
se derivan, conseguirá disminuir el descontento y el rechazo que ha generado
desde su aprobación.
Sin incluir los objetivos de largo plazo, considero que hay
algunos aspectos que deben ser tratados como prioritarios por el nuevo
ministro, estos son:
- 1) Reorientar la conducción del Concurso de Acceso
a Cargos de Director y Subdirector de Instituciones Educativas Públicas de
Educación Básica Regular. Este concurso que debió ser impecable de principio a
fin, ha sido deslucido por dos modificaciones a la relación consolidada de
plazas objeto del concurso, hecho que ha forzado la renuncia del Jefe de la
Unidad Estadística Educativa del Ministerio de Educación.
- 2) Mejorar la cogestión del Programa Nacional de
Alimentación Escolar Qali Warma, seleccionando adecuadamente a los
proveedores, garantizando alimentos de
calidad y mejorando los sistemas de transporte, almacenaje y distribución de los
alimentos.
- 3) Consolidar el Programa Nacional Beca 18,
garantizando la igualdad de oportunidades de los estudiantes con menos recursos
y promoviendo convenios con universidades y escuelas de países desarrollados para
garantizar que los becarios puedan adquirir competencias científicas, tecnológicas
y empresariales, según sea el caso.
- 4) Combatir drásticamente la corrupción del sector
educación, mejorando la transparencia y el sistema de control presupuestario e
implicando a los estudiantes, padres y profesores en este control.
- 5) Modificar el capítulo IX de la LRM y su
Reglamento (RLRM) que trata sobre las sanciones, por ser excesivamente
controlador y sancionador. Para garantizar el carácter sancionador del RLRM el
ministerio no ha dudado en incluir nada menos que treinta y tres artículos en
el capítulo de las sanciones (desde el artículo 77 hasta el 109) y sólo uno a
los premios y estímulos (artículo 76). Esto tiene que cambiar.
- 6) Mejorar la Remuneración Íntegra Mensual y
otorgar estímulos económicos a los profesores más destacados. Con ello se
conseguiría incentivar a los docentes a mejorar permanentemente sus competencias
desde el primer día de su incorporación a la carrera magisterial y se iniciaría
un proceso serio de dignificación de la carrera magisterial.
A largo plazo, lo que los peruanos esperamos es una mejora sustancial
de la calidad educativa, que se refleje no solo en los resultados de las
evaluaciones nacionales e internacionales, sino que también se observe en el
comportamiento cotidiano de niños y jóvenes que aún permanecen en el sistema y
en las acciones de los ciudadanos en su relación con sus congéneres y con sus
instituciones.
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